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jueves, 21 de noviembre de 2013

CURSO TDAH. ACTIVIDAD 5.1.

¿CÓMO COMUNICAR A LA FAMILIA EL TDAH? ORIENTACIONES GENERALES.

Como estamos viendo a lo largo de todo el curso, la atención al alumnado que presenta TDAH, no debe únicamente limitarse al ámbito educativo, sino que la familia desempeñará un papel fundamental en el desarrollo del individuo, y por tanto, no debe quedar obviada a un segundo plano. Más bien, todo lo contrario.

En ocasiones, las familias muestra una gran desorientación cuando son informadas de este tipo de diagnósticos, y por tanto, resulta conveniente señalar una serie de pautas u orientaciones que les permitirán, en medida de sus posibilidades, saber cómo atender al alumnado con TDAH.

Según el Servicio de Neurología Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid, algunas de las pautas de se deben seguir son:
- Prestar al niño/a la atención suficiente, hablándole con calma, mostrando paciencia, comprendiendo su conducta y expresándole qué medidas se van a llevar a cabo para ayudarle.
- Establecer una unificación de criterios entre los padres, a fin de lo proporcionar al niño/a mensajes contradictorios, que puedan llevarlo a la confusión.
- No actuar con el niño de forma permisiva ni autoritaria. Una actitud democrática dará siempre mejores resultados a largo plazo.
- Utilizar los gustos e intereses del niño/a como instrumento motivador para que se comprometa a seguir un patrón de conducta y de trabajo.
- Potenciar la confianza en sí mismo y sobre todo, la autoestima.
- Proporcionar al niño/a un patrón u horario de actividades y cumplirlo SIEMPRE.
- Evitar situaciones que sobreexciten al niño/a, como luces intensas, sonidos estridentes, etc.
- Hacerle partícipe de las tareas domésticas, y dotarlo de responsabilidades, teniendo en cuenta su edad.
- Cuando actúe mal, o de forma poco idónea, tener muy claro qué se le va a decir. La impulsividad, en estos casos, no ayuda nada.
- Es aconsejable dar órdenes claras y concisas.
- En medida de lo posible, valorar y resaltar el éxito, y obviar el fracaso, teniendo en cuenta la importancia del proceso, y no únicamente del resultado.
- Evitar las llamadas de atención en público. Con tranquilidad y paciencia, hablar con el niño/a sin que sea centro de atención o motivo de vergüenza.
- En ocasiones, el mejor castigo es la ausencia de premio.
- Favorecer la realización de actividades extraescolares, con el objeto de "quemar" energía y favorecer la socialización.
- Realizar revisiones periódicas en los especialistas médicos que se designen para su tratamiento.

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